Cómo elegir al pediatra ideal para tu hijo

Elegir al pediatra que cuidará la salud de tu hijo es una de las decisiones más importantes —y personales— que harás como madre o padre. Este profesional no solo será quien controle el crecimiento del bebé, sino también quien te acompañará en momentos de dudas, enfermedades, emergencias y decisiones difíciles. Por eso, no se trata simplemente de “buscar uno cerca de casa”, sino de encontrar a alguien en quien realmente confíes, con quien te sientas cómodo y que escuche, oriente y respete tus decisiones como familia.

En este artículo, te ayudaré a saber qué tener en cuenta, qué preguntar y cómo saber si ese pediatra es el indicado.

¿Por qué es tan importante elegir bien al pediatra?

Durante los primeros años de vida, los controles pediátricos son muy frecuentes: peso, talla, vacunas, desarrollo psicomotor, alimentación, sueño, enfermedades comunes… El pediatra será tu principal guía y fuente de información. Además, muchas veces es el primer profesional que detecta señales de alerta en el desarrollo o la salud del niño.

Por eso, necesitas alguien con quien tengas una buena comunicación, que se tome el tiempo de explicar, que respete tu estilo de crianza y que esté disponible cuando lo necesites.

¿Cuándo empezar a buscar pediatra?

Lo ideal es hacerlo antes del nacimiento del bebé, especialmente si ya sabes en qué clínica o maternidad vas a dar a luz. Algunos hospitales permiten elegir al pediatra que asistirá los primeros controles tras el parto. Si no es así, tener uno elegido para los primeros días en casa será de gran ayuda.

También te da tiempo para conocer varios profesionales, comparar estilos y elegir con calma, sin la presión de tener un bebé recién nacido en brazos.

Qué tener en cuenta al elegir al pediatra

1. Empatía y escucha activa

Más allá de los títulos y la experiencia, el primer criterio debe ser humano: ¿cómo te hace sentir? Un buen pediatra escucha sin juzgar, responde con paciencia, valida tus dudas y te acompaña con respeto.

Recuerda: nadie debería hacerte sentir mal por preguntar, por no saber o por seguir un camino diferente en la crianza.

2. Formación y experiencia

Es importante que sea un pediatra certificado, con buena reputación, experiencia en atención infantil y, si es posible, con actualización continua en temas de salud infantil.

Puedes buscar recomendaciones en grupos de padres, foros o preguntar directamente en centros de salud.

3. Disponibilidad y accesibilidad

En momentos de fiebre, cólicos, alergias o caídas, querrás poder contactar fácilmente con el pediatra. Pregunta:

  • ¿Atiende urgencias?
  • ¿Contesta WhatsApp o llamadas?
  • ¿Tiene turnos rápidos o hay que esperar semanas?
  • ¿Cuenta con guardia o reemplazo si no está disponible?

Un profesional muy preparado pero imposible de contactar puede ser un problema en la práctica.

4. Estilo de comunicación

Algunos pediatras son más directos, otros más cálidos. Algunos dan muchos datos técnicos, otros explican de forma simple. Lo importante es que su forma de comunicarte te genere confianza.

También es clave que respete tu estilo de crianza, incluso si es diferente al suyo. Por ejemplo: si optas por colecho, lactancia prolongada, alimentación BLW, etc., debe respetarlo aunque no lo comparta.

5. Ambiente del consultorio

La experiencia del bebé también cuenta. Observa:

  • ¿El espacio es limpio, seguro y amigable para niños?
  • ¿Hay juegos, dibujos, colores?
  • ¿El personal es amable?
  • ¿Tienen protocolos para evitar contagios (separar enfermos de sanos, por ejemplo)?

Un ambiente acogedor facilita mucho las consultas, especialmente cuando el niño crece y se vuelve más consciente.

6. Cercanía geográfica

Aunque no es el único factor, elegir un pediatra cerca de casa puede ser útil en casos de emergencia o para no complicar la logística. Pero si encuentras a alguien con quien conectas bien y está un poco más lejos, puede valer la pena el esfuerzo.

Preguntas clave para la primera consulta

Aquí tienes algunas preguntas que puedes hacer en el primer encuentro para conocer al pediatra:

  • ¿Cuál es su enfoque respecto a la crianza y desarrollo infantil?
  • ¿Qué piensa sobre la lactancia materna, el colecho, o la alimentación complementaria?
  • ¿Cómo maneja las emergencias o consultas fuera de horario?
  • ¿Tiene experiencia con casos especiales o alguna formación extra?
  • ¿Qué opinan otros padres de su atención?

Escucha no solo sus respuestas, sino también cómo las da. La confianza se construye desde el primer contacto.

Señales de que no es el pediatra adecuado

Es posible que con el tiempo notes señales de alerta como:

  • Minimiza tus preocupaciones o dudas
  • Es impaciente o brusco con el bebé
  • No actualiza su información (ej: desaconseja lactancia exclusiva hasta los 6 meses)
  • Te hace sentir culpable por tus decisiones
  • Tiene una actitud autoritaria o inflexible
  • No responde ante urgencias o demora demasiado

En esos casos, no temas cambiar. Elegir otro pediatra no es una traición: es cuidar el bienestar de tu hijo y el tuyo propio.

Lo que dicen otros padres importa (pero no lo es todo)

Escuchar experiencias de otras familias puede ayudarte a conocer opciones y filtrar recomendaciones. Pero recuerda: lo que funciona para otro, puede no funcionarte a ti. Cada familia tiene necesidades distintas.

Tómate el tiempo para probar y decidir en base a tu experiencia.

Tu intuición también cuenta

Más allá de todo lo técnico y racional, muchas veces sabrás si es el indicado apenas lo veas. Confía en tu intuición. Si te sientes cómodo, si te explica con claridad, si tu bebé se relaja con él… probablemente has encontrado al pediatra ideal.

Deixe um comentário