Vivimos en un mundo acelerado. Relojes, rutinas, compromisos, listas de tareas, notificaciones, plazos. Y en medio de todo eso, criar a un hijo puede sentirse como otra carrera más: que aprenda rápido, que duerma solo, que deje el pañal, que hable bien, que se adapte al jardín, que crezca “como debe ser”.
Pero la infancia no tiene apuro. Es un tiempo lento por naturaleza, lleno de descubrimientos, juego, preguntas y pausas. Criar sin prisas es elegir bajar el ritmo para mirar, escuchar y estar de verdad. Es recordar que el presente es el lugar donde ocurre el vínculo.
Este artículo es una invitación a soltar la exigencia de hacer todo rápido y perfecto, y a disfrutar más del ahora con tu hijo, en la vida cotidiana, tal como es.
¿Qué significa criar sin prisas?
No se trata de dejar de trabajar o de abandonar responsabilidades. Criar sin prisas es una actitud interna. Es elegir:
- Estar más presentes
- Escuchar más que apurar
- Acompañar procesos en lugar de acelerarlos
- Valorar los pequeños momentos, no solo los logros
- Respetar los tiempos reales de tu hijo (emocionales, físicos, de aprendizaje)
No es “hacer menos”. Es hacer con más conciencia, conexión y calma.
Por qué vivimos criando apurados
- Porque el mundo adulto está sobrecargado
- Porque hay presión social por “logros” tempranos
- Porque nos comparamos con otros (redes sociales, escuelas, vecinos)
- Porque creemos que si no avanza rápido, estamos fallando
- Porque no se nos enseñó a habitar el presente
Pero los niños no entienden de productividad. Entienden de presencia, de atención compartida, de juego sin tiempo.
Cómo criar sin prisas en la vida cotidiana
1. Observá más, apurá menos
En lugar de decir:
- “Apurate, que llegamos tarde”
- “Dale, vestite rápido”
- “Comé ya, que se enfría”
Probá con:
- “¿Querés que te ayude o lo hacés solo?”
- “¿Qué parte del desayuno te gusta más?”
- “¿Te animás a elegir la ropa de hoy?”
Tu presencia tranquila lo regula emocionalmente. Apurar lo desconecta.
2. Bajá el nivel de exigencia
No hace falta que todo salga perfecto. No hace falta cumplir con todo. A veces, criar sin prisas es dejar la ropa sin doblar para jugar un rato más. Es aceptar que vas a llegar un poco más tarde, pero con una sonrisa menos tensa.
El recuerdo de una infancia feliz no se basa en agendas cumplidas, sino en momentos compartidos.
3. Priorizá los momentos de conexión
Aunque tengas poco tiempo, elegí estar de verdad. Aunque sea solo:
- Cinco minutos para mirar juntos la luna
- Leer un cuento antes de dormir sin mirar el reloj
- Hacer una pausa para escuchar un dibujo que “habla”
- Compartir una comida sin pantallas
No es cuánto tiempo tenés, es cómo lo habitás.
4. Respetá su ritmo de aprendizaje
Cada niño tiene su propio ritmo. Para hablar, caminar, dormir solo, dejar el pañal, leer, adaptarse a nuevos lugares… No hay prisa.
Apurarlo solo genera ansiedad, frustración y desconexión.
Tu confianza es su impulso. Tu calma es su seguridad.
¿Qué podés hacer para estar más presente?
✽ Respirar antes de reaccionar
Cuando sientas que vas a explotar porque “todo va lento”, hacé una pausa. Respirá. Preguntate:
“¿Es tan urgente como creo?”
“¿Qué necesita mi hijo en este momento?”
A veces, lo que más necesita es ver tu rostro relajado y tu atención plena.
✽ Apagar las pantallas (un rato)
Sí, todos las usamos. Pero si querés presencia real, empezá por desconectarte un poco.
Aunque sea un rato al día: sin notificaciones, sin interrupciones, solo vos y tu hijo. Esos momentos construyen vínculo de verdad.
✽ Aceptar el desorden emocional
No todo será mágico y armonioso. Habrá berrinches, cansancio, “no quiero”, frustraciones. Pero si los vivís con menos urgencia por “resolver” y más apertura a sentir, todo fluye mejor.
Podés decir:
- “Estoy acá mientras pasa esta emoción”
- “No hace falta que te calmes ya”
- “Te acompaño mientras llorás”
El tiempo emocional no se mide en minutos.
Frases que ayudan a criar con calma
- “No tenemos apuro.”
- “Podemos hacerlo con tranquilidad.”
- “Estoy disfrutando este momento con vos.”
- “No importa si hoy no salió como esperábamos.”
- “Vamos paso a paso, juntos.”
Qué cambiar en el día a día para criar sin prisas
Hábito apurado | Alternativa sin prisa |
---|---|
Apurarlo para vestirse | Involucrarlo en la elección y hacerlo un juego |
Comer con tele o apuro | Comer juntos y charlar, aunque sea 10 minutos |
Saltar el cuento nocturno por cansancio | Leer un cuento corto o inventar una historia juntos |
Reaccionar ante berrinches | Acompañar desde la presencia y la calma |
Corregir todo lo que “no hace bien” | Observar más, intervenir menos, confiar más |
Criar sin prisas es un regalo para vos también
No solo es para tu hijo. También es para vos. Porque cuando bajás el ritmo, te escuchás más. Te conectás con lo que sentís. Disfrutás más de los detalles. Reís más. Tenés menos culpa. Menos autoexigencia.
Y entendés que criar no es una carrera. Es un viaje. Con curvas, pausas, canciones y paisajes. No se trata de llegar rápido. Se trata de disfrutar el camino juntos.