La llegada de un nuevo bebé a la familia es un acontecimiento lleno de emoción, amor… y también de desafíos. Para un niño pequeño, convertirse en hermano o hermana mayor puede ser tan hermoso como confuso. Aunque todos le digan que es “una bendición”, él puede sentir celos, tristeza, enojo o incluso miedo de perder su lugar en la familia.
Pero no te preocupes: estos sentimientos son completamente normales. Lo importante no es evitarlos, sino acompañarlos con paciencia, empatía y conexión. En este artículo vas a encontrar ideas prácticas y respetuosas para ayudar a tu hijo a transitar esta nueva etapa con seguridad emocional y mucho amor.
¿Qué puede sentir un niño ante la llegada de un hermanito?
- Celos: siente que debe “competir” por tu atención
- Inseguridad: teme ser reemplazado o menos querido
- Enojo o tristeza: no entiende por qué todo cambia
- Curiosidad: quiere conocer al bebé y entender su mundo
- Alegría mezclada con angustia: lo quiere, pero también lo rechaza a veces
Estos sentimientos no son signos de mal comportamiento, sino señales de que necesita tu mirada y tu guía.
¿Cuándo empezar a preparar a tu hijo?
Idealmente, antes del nacimiento. Así tiene tiempo de procesar, hacer preguntas, imaginarse la situación y sentirse parte del proceso. Pero incluso si ya nació el bebé, nunca es tarde para acompañar de forma respetuosa.
Cómo preparar la llegada del nuevo hermanito
1. Contale con palabras simples y reales
Evitá frases como “vas a tener con quién jugar” (un recién nacido no juega). Mejor:
- “Hay un bebé creciendo en la panza, va a necesitar muchos cuidados”
- “Va a llorar bastante, porque es su forma de comunicarse”
- “Vos vas a seguir siendo muy importante, como siempre”
Hablar con sinceridad evita falsas expectativas.
2. Involucralo en el proceso (sin obligarlo)
- Que ayude a elegir un peluche, una canción, una ropa para el bebé
- Mostrale ecografías, escuchá juntos el corazón si es posible
- Armá con él un “libro de hermano mayor”
Incluirlo le da protagonismo y sentido de pertenencia.
3. Mostrale fotos o videos de cuando él era bebé
Contale cómo lo cuidaban, cuánto lloraba, qué necesitaba. Esto le permite:
- Entender que también recibió mucha atención
- Identificarse con el bebé desde un lugar afectivo
- Sentirse valorado y especial
Qué hacer cuando el bebé ya llegó
✽ Dedicale tiempo exclusivo
Aunque sea 10-15 minutos por día, sin interrupciones ni pantallas. Un juego, una lectura, una charla. Que sepa que seguís estando para él.
✽ Validá sus emociones (sin juzgar)
- “¿Estás cansado de que llore tanto?”
- “¿Te da bronca que mamá/papá tenga menos tiempo?”
- “Podés estar enojado y eso no te hace menos bueno”
Validar no es fomentar celos, es legitimarlos para que pueda gestionarlos.
✽ No lo obligues a amar al bebé
Evitá frases como:
- “Tenés que quererlo”
- “Mirá qué tierno, no seas malo”
Mejor:
- “Podés tardar en encariñarte, está bien”
- “El amor se construye con el tiempo”
Respetar su proceso crea vínculo genuino, no forzado.
✽ Permitile participar si quiere (sin exigir)
- Que ayude a alcanzarte cosas
- Que cante una canción cuando el bebé llora
- Que elija un cuento para leerle entre los tres
Participar lo hace sentir útil, pero no debe ser una obligación.
Qué hacer si hay conductas regresivas
Es común que vuelvan a:
- Usar chupete
- Pedir mamadera
- Hacerse pis
- Hablar como bebé
No lo ridiculices. Son señales de que necesita reconectar con tu atención.
✅ Ofrece presencia sin juicios:
- “Parece que necesitás que te abrace como cuando eras más chiquito”
- “Querés probar la mamadera, ¿te acordás de eso?”
Se pasa más rápido si sentís empatía en vez de exigir madurez inmediata.
Frases que fortalecen el vínculo
- “Vos sos único y muy amado”
- “Mi amor por vos no cambia, aunque ahora haya un bebé”
- “No te reemplaza, es tu hermanito”
- “Gracias por ser vos. El bebé tiene suerte de tenerte como hermano”
Qué evitar
❌ Usarlo como “ejemplo” para el bebé
❌ Ignorar o minimizar sus celos
❌ Esperar que “madure” de golpe
❌ Compararlo con el nuevo hermanito
❌ Reforzar que “debe” cuidar o ceder todo el tiempo
Tu hijo sigue siendo un niño, no un ayudante.
Cómo cultivar un vínculo saludable entre hermanos
- No obligues, pero sí facilitá el juego compartido
- Creá momentos en familia donde todos participen
- Celebrá los gestos de cuidado o cariño sin forzarlos
- Ayudalos a resolver conflictos con tu mediación respetuosa
- Recordales que el amor no se divide: se multiplica
La llegada de un bebé transforma, pero también une
Tu hijo mayor no necesita ser perfecto. Solo necesita saber que sigue teniendo su lugar, su espacio, su importancia. Que aunque tu atención se divida, tu amor sigue entero para él.
Acompañar su proceso no solo lo ayudará a adaptarse mejor, sino que construirá una base sólida para su vínculo con el nuevo hermanito. Uno que, con tu apoyo, puede estar lleno de complicidad, respeto y cariño verdadero.