La empatía es una de las habilidades más valiosas que podemos enseñar a nuestros hijos. Es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de sentir con el otro, de reconocer y respetar las emociones ajenas. No se trata solo de “ser bueno” o “portarse bien”: la empatía construye relaciones sanas, previene la violencia y forma la base del respeto y la conexión humana.
Y aunque muchos creen que es algo que “se tiene o no se tiene”, la realidad es que la empatía se aprende. Se desarrolla desde los primeros años de vida, sobre todo a través del ejemplo y de las experiencias que viven en casa.
En este artículo, te cuento cómo podés acompañar el desarrollo de la empatía desde la infancia, con acciones concretas, lenguaje emocional y momentos del día a día.
¿Qué es la empatía?
Es la capacidad de:
- Reconocer lo que el otro siente
- Comprender desde su perspectiva
- Sentir junto a esa persona
- Actuar de manera respetuosa en respuesta
No siempre implica “estar de acuerdo”, pero sí reconocer y validar que el otro siente algo diferente a uno mismo.
¿Desde qué edad se puede fomentar la empatía?
Desde el primer año de vida. Aunque un bebé no pueda entender el concepto, sí responde a las emociones de quienes lo rodean. A los 2 o 3 años, ya puede empezar a identificar cómo se sienten los demás (“mamá está triste”, “el nene llora”) y mostrar señales de consuelo.
Cuanto antes empecemos a hablar de emociones, a modelar respeto y a poner palabras a lo que pasa, más crecerá esa semilla.
Por qué es importante criar con empatía
Los niños empáticos:
- Desarrollan mejores habilidades sociales
- Saben resolver conflictos con respeto
- Tienen más facilidad para ponerse en el lugar del otro
- Suelen mostrar menor agresividad y mayor colaboración
- Crecen con mayor seguridad emocional
Además, cuando sienten que sus emociones son reconocidas, también aprenden a reconocer las de los demás.
Cómo fomentar la empatía en casa
1. Validá sus emociones (aunque no las comprendas)
Antes de enseñarle a pensar en el otro, es fundamental que sepa que lo que él siente también es válido. Frases como:
- “Veo que estás enojado”
- “Eso que pasó te dio tristeza, ¿no?”
- “Me imagino que fue difícil para vos”
Le enseñan que todas las emociones merecen ser reconocidas, no solo las “buenas”.
2. Hablá de emociones todos los días
No solo cuando hay problemas. En los cuentos, en el juego, en la calle… nombrá lo que otros podrían estar sintiendo:
- “Mirá, ese nene se cayó, ¿cómo pensás que se siente?”
- “En el cuento, el lobo está solo. ¿Te pasó alguna vez?”
- “Ese personaje ayudó a su amigo. ¿Qué te parece que sintió?”
Hablar de emociones desarrolla conciencia emocional.
3. Modelá la empatía con tu ejemplo
Los niños aprenden mucho más por lo que ven que por lo que les decimos. Si:
- Escuchás sin interrumpir
- Pedís disculpas cuando te equivocás
- Ayudás a otros con amabilidad
- Nombrás lo que vos sentís con respeto
Estás enseñando empatía con tu forma de estar en el mundo.
4. No lo obligues a compartir o consolar
Compartir o consolar no se impone. Se construye con el tiempo. En vez de decir:
❌ “Dale el juguete, no seas egoísta”
❌ “Tenés que abrazarlo para que no llore”
Podés decir:
✅ “¿Querés prestarle tu juguete un ratito?”
✅ “Podés acercarte si querés ayudarlo”
Respetar su ritmo también es parte de enseñar empatía.
5. Contá historias con valores emocionales
Los cuentos con personajes que sienten, ayudan, se equivocan o reparan son poderosos. Después podés conversar:
- “¿Qué pensás de lo que hizo ese personaje?”
- “¿Qué hubieras hecho vos?”
- “¿Te pasó algo parecido?”
La narrativa activa el pensamiento emocional profundo.
Juegos que estimulan la empatía
- Juego de roles (“vos sos el doctor, yo estoy enfermo”)
- Juegos con muñecos que expresan emociones
- Mímica de sentimientos (“poné cara de triste, de miedo, de risa”)
- Inventar historias con conflictos que deban resolverse
- “Qué harías si…” (situaciones hipotéticas con otros)
El juego simbólico es una puerta a ponerse en los zapatos del otro.
Frases que cultivan la empatía
- “¿Cómo creés que se sintió él con eso?”
- “¿Te gustaría que te hagan eso a vos?”
- “Gracias por haber ayudado, eso fue muy amable”
- “Te vi preocupado por tu amigo, eso muestra tu corazón grande”
- “A veces también yo me siento así, te entiendo”
Qué evitar al enseñar empatía
❌ Forzar reacciones emocionales
❌ Ridiculizar o restar importancia (“¡ay, qué exagerado!”)
❌ Usar etiquetas (“vos siempre pensás solo en vos”)
❌ Castigar por no mostrar empatía como esperás
❌ Invalidar sus propios sentimientos
La empatía no se exige, se cultiva.
Criar con empatía para formar personas más humanas
El mundo necesita más empatía. Y todo empieza en casa. En cómo hablamos, en cómo miramos, en cómo tratamos a los demás… y en cómo tratamos a nuestros hijos, incluso cuando se equivocan.
Un niño que crece comprendido, también comprenderá a los demás. Un niño que es tratado con respeto, también respetará. Un niño al que se le permite sentir, también permitirá sentir a otros.
Criar con empatía no es “consentir”. Es formar seres humanos más conscientes, sensibles y responsables.